Ruta a pie por París, la Torre Eiffel y otras joyas ocultas.

Bienvenido a la tercera y última parte de nuestra increíble ruta a pie por París. Si llegaste hasta aquí, espero que hayas disfrutado de las dos primeras partes. Si es tu primera parada, te recomendamos echar un vistazo a las rutas anteriores para no perderte ningún detalle. Ahora prepárate para lo mejor: ¡vamos a cerrar este paseo con estilo!

21 – Petit Palais y Grand Palais: Los gemelos majestuosos del arte parisino

Ahora que has conquistado el Arco del Triunfo (¡enhorabuena por esos 284 escalones!), es hora de deleitar tus ojos con otro par de joyas arquitectónicas: el Petit Palais y el Grand Palais. Estos dos edificios son como los hermanos presumidos de París, siempre compitiendo por ver quién brilla más.

Petit Palais: El «pequeño» que se las trae

No te dejes engañar por su nombre. El Petit Palais es de «petit» lo que yo de astronauta. Este edificio es una delicia visual que parece sacado de un cuento de hadas art nouveau.

Es un verdadero tesoro tanto por su arquitectura como por las obras que alberga. Construido para la Exposición Universal de 1900, este edificio combina elementos clásicos y modernos en su diseño, con una majestuosa fachada decorada con columnas y un imponente pórtico que invita a entrar. Una vez dentro, te encuentras con un patio interior lleno de luz, rodeado por jardines y fuentes, que te permite disfrutar de un momento de calma en medio del bullicio de la ciudad.

El Petit Palais funciona hoy como el Museo de Bellas Artes de la ciudad de París, y alberga una amplia colección que va desde arte antiguo hasta el siglo XIX. Entre sus joyas destacan pinturas de artistas como Cézanne, Monet y Courbet, así como esculturas y objetos decorativos de épocas diversas. Lo más interesante es que la entrada a la colección permanente es gratuita, lo que lo convierte en una parada imprescindible para cualquier amante del arte.

Además de su impresionante colección, el Petit Palais también organiza exposiciones temporales que van desde el arte clásico hasta el contemporáneo, lo que permite a los visitantes descubrir siempre algo nuevo. La atmósfera relajada del museo, combinada con su espectacular arquitectura, hace que la experiencia sea aún más especial. Si estás en París, el Petit Palais es un lugar que definitivamente te hará sentir la magia y el arte de la ciudad.

Grand Palais: El hermano mayor

Es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Su espectacular estructura de vidrio y acero, con una cúpula imponente, es un testimonio de la grandeza arquitectónica de principios del siglo XX. Construido también para la Exposición Universal de 1900, el Grand Palais combina elementos clásicos y modernos en su diseño, con una fachada ornamentada con columnas y esculturas, que te transporta a la grandeza de una época pasada.

El interior del Grand Palais es tan impresionante como su exterior. El espacio principal, conocido como la Nave, es una vasta sala cubierta por un techo de cristal que inunda de luz natural el lugar, convirtiéndolo en el escenario perfecto para grandes exposiciones y eventos culturales. Desde desfiles de moda hasta exposiciones de arte contemporáneo y ferias internacionales, el Grand Palais es un lugar dinámico que acoge una variedad de actividades.

Además de su uso para exposiciones y eventos, el Grand Palais alberga el Palais de la Découverte, un museo interactivo dedicado a la ciencia, donde tanto adultos como niños pueden disfrutar aprendiendo sobre física, química y astronomía de una manera divertida e interactiva. Este espacio es ideal para quienes quieran combinar arte, cultura y ciencia en una sola visita.

En los últimos años, el Grand Palais ha estado en proceso de renovación, con el objetivo de preservar su majestuosidad y adaptarlo a las necesidades de las generaciones futuras. Pero a pesar de las obras, sigue siendo uno de los lugares más vibrantes de París. Ya sea que te interese el arte, la moda o la ciencia, el Grand Palais siempre ofrece algo único y fascinante.

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22 – Puente de Alejandro III: La pasarela real sobre el Sena

Prepárate para pisar la alfombra roja de los puentes parisinos. Señoras y señores, con ustedes, el Puente de Alejandro III, el Brad Pitt de los puentes: hermoso, elegante y siempre listo para una sesión de fotos.

Este puente es tan extravagante que hace que los demás puentes parezcan simples tablones sobre el agua. Es como si los diseñadores hubieran dicho: «¿Qué tal si hacemos un puente que parezca más una joya que una estructura de tránsito?». Y vaya si lo consiguieron.

Un desfile de arte sobre el agua

Nada más poner un pie en él, te sentirás como si estuvieras en la apertura de los Juegos Olímpicos del Lujo. A cada lado, cuatro columnas de 17 metros se alzan como si fueran porteros VIP, coronadas por estatuas doradas que representan a Pegaso. Sí, has leído bien, Pegaso. Porque en París, hasta los caballos mitológicos tienen trabajo de modelo.

Mientras caminas, no sabrás dónde mirar primero. ¿A las ninfas de bronce? ¿A los querubines dorados? ¿O quizás a los faroles art nouveau que parecen sacados de un cuento de hadas steampunk? Es como si el puente fuera una pasarela de moda donde cada elemento compite por ser el más llamativo.

Una vista para el recuerdo

Pero lo mejor está por venir. Párate en el centro del puente y prepara tu cámara (o tu mejor pose para un selfie). Desde aquí, tienes una de las vistas más impresionantes de París. A un lado, los Inválidos con su cúpula dorada brillando como un faro de opulencia. Al otro, el Grand y el Petit Palais, presumiendo como siempre. Y a lo lejos, como diciendo «Eh, que yo también estoy aquí», la Torre Eiffel asomando su silueta icónica.

Dato curioso para impresionar

¿Sabías que este puente fue un regalo de los rusos a los franceses? Sí, como lo oyes. Fue inaugurado para la Exposición Universal de 1900 y lleva el nombre del zar Alejandro III.

En resumen, el Puente de Alejandro III es elegante, es exagerado, es hermoso y, sobre todo, es muy, muy fotogénico. Así que saca tu lado más glamuroso, practica tu mejor pose de modelo parisino y prepárate para pisar la pasarela más espectacular sobre el Sena. Y recuerda, en este puente, hasta cruzar la calle se convierte en un desfile de alta costura.

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23 – Los Inválidos y la tumba de Napoleón: Donde el pequeño gran emperador descansa a lo grande

Prepárate para visitar el lugar donde el ego de Napoleón encontró su hogar eterno. Los Inválidos es como el complejo vacacional de lujo para los héroes militares franceses, coronado por una cúpula dorada.

Los Inválidos fueron originalmente construidos por Luis XIV como un hospital y residencia para veteranos de guerra.

La tumba de Napoleón

Ahora bien, el plato fuerte está bajo la imponente cúpula dorada. Allí, en el centro de una cripta circular, reposa el hombre, el mito, la leyenda: Napoleón Bonaparte. Y cuando digo «reposa», quiero decir que está metido en no uno, no dos, sino SEIS ataúdes concéntricos. Parece que alguien tenía miedo de que se escapara, ¿eh?

El sarcófago es de pórfido rojo, tan grande y ostentoso que hace que te preguntes si Napoleón estaba compensando por algo (¿su altura, quizás?). Es tan imponente que casi puedes oír el eco de Napoleón diciendo: «¿Veis? Os dije que algún día el mundo me miraría desde abajo».

Un tour por el complejo

Además de la tumba del pequeño gran hombre, Los Inválidos albergan varios museos militares. Es como un parque temático para los amantes de la historia bélica.

Puedes visitar:

  • El Museo del Ejército: Donde puedes ver desde armaduras medievales hasta uniformes de la Primera Guerra Mundial.
  • El Museo de Planos en Relieve: Perfecto para aquellos que siempre quisieron sentirse como Godzilla mirando maquetas de ciudades.
  • El Museo de la Orden de la Liberación: Dedicado a los héroes de la Resistencia francesa. Spoiler: no encontrarás fotos de Napoleón aquí.

En resumen, Los Inválidos y la tumba de Napoleón son como un parque de atracciones histórico donde el pasado militar de Francia se mezcla con el ego desmedido de un emperador bajito. Es el lugar perfecto para reflexionar sobre la gloria, la ambición y lo importante que es tener un buen decorador para tu última morada. Y recuerda, si sientes una repentina necesidad de conquistar Europa después de tu visita, respira hondo y ve a comer un croissant. Se te pasará.

24 – Puente del Alma: Donde la historia se mezcla con la tragedia moderna

Llegamos ahora a un punto de nuestro recorrido que combina la elegancia parisina con un toque de melancolía pop: el Puente del Alma. Este puente tiene más capas que una cebolla gourmet, así que prepárate para un viaje emocional.

Un puente con historia(s)

Originalmente construido para conmemorar la batalla de Alma en la Guerra de Crimea (sí, hubo una época en la que los puentes se nombraban por batallas y no por celebridades).

Pero seamos honestos, para la mayoría de los visitantes, la historia de este puente comienza en la noche del 31 de agosto de 1997. Fue aquí, en el túnel que pasa bajo el puente, donde ocurrió el trágico accidente que se llevó la vida de la Princesa Diana. De repente, un puente parisino se convirtió en un lugar de peregrinación para fans de la realeza y amantes de las teorías de conspiración por igual.

La Llama de la Libertad: Un monumento no oficial

Cerca del puente, encontrarás la «Flamme de la Liberté» (Llama de la Libertad). Originalmente, esta réplica dorada de la llama de la Estatua de la Libertad no tenía nada que ver con Diana. Era un regalo de Estados Unidos a Francia. Pero el destino, con su sentido del humor retorcido, decidió que se convertiría en un memorial improvisado para la princesa. Hoy en día, la llama está rodeada de flores, fotos y mensajes para Lady Di.

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Más allá de la tragedia

Pero no todo es tristeza en el Puente del Alma. Si levantas la vista, verás algo curioso: las estatuas de los cuatro Zuavos. Estos soldados de infantería francesa, con sus pantalones anchos y sus turbantes, adornan el puente como si fueran los guardianes eternos del Sena.

Dato curioso: Los parisinos solían medir el nivel del río según hasta dónde llegaba el agua en estas estatuas. Si el agua llegaba a los pies del Zuavo, era hora de preocuparse. Si llegaba a la cintura, era hora de construir un arca.

25 – Plaza del Trocadero: El balcón VIP para admirar la Torre Eiffel

Es uno de los lugares más icónicos y visitados de la ciudad, y con razón. Desde esta gran explanada, ubicada justo frente a la Torre Eiffel, se obtienen algunas de las vistas más impresionantes del famoso monumento y del río Sena. La plaza, rodeada por jardines y estatuas, es un espacio perfecto para pasear, relajarse o simplemente disfrutar del magnífico panorama parisino.

El Trocadero está presidido por el majestuoso Palais de Chaillot, un edificio de estilo neoclásico construido para la Exposición Internacional de 1937. En su interior alberga varios museos importantes, como el Museo Nacional de la Marina y el Museo del Hombre, lo que convierte a esta zona en un lugar donde la historia y la cultura se fusionan con la belleza del paisaje. Además, los jardines que se extienden entre la plaza y el Sena, con sus fuentes y estanques, son perfectos para hacer un picnic o dar un paseo mientras disfrutas de la vista.

El ambiente en la Plaza del Trocadero es siempre animado, con turistas y parisinos mezclándose, especialmente al atardecer, cuando la Torre Eiffel comienza a iluminarse y la magia de París realmente cobra vida. Es un punto de encuentro ideal para aquellos que quieren disfrutar de una perspectiva inmejorable de la ciudad, o simplemente tomar fotos espectaculares del monumento más famoso de París.

Y justo a un lado de la plaza del Trocadero, en Av. de Camoens, tienes otro punto magnífico de foto con la torre.

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26 – Puente de Jena y Port Debilly: El escenario perfecto para tu sesión fotográfica con la Torre Eiffel

¡Bienvenidos al set de rodaje no oficial de todas las postales parisinas! El Puente de Jena y el Port Debilly son como esos amigos que siempre saben cómo sacarte tu mejor ángulo en las fotos. Prepara tu cámara (o tu smartphone) porque estás a punto de entrar en la zona dorada de las fotos con la Torre Eiffel.

El Puente de Jena: Pasarela con vistas de infarto

Primero, hablemos del Puente de Jena. Napoleón lo mandó construir y le puso el nombre de una de sus victorias (porque, claro, ¿qué mejor manera de presumir de tus logros que ponerles su nombre a los puentes?).

Port Debilly: Donde las fotos se vuelven mágicas

Ahora, prepárate para el plato fuerte: el Port Debilly. Baja las escaleras hacia el puerto. Es como si los dioses de la fotografía hubieran diseñado este lugar específicamente para hacer que todos nos veamos bien con la Torre Eiffel de fondo.

El truco del fotógrafo experto

Aquí va el secreto para la foto perfecta en el Port Debilly:

  1. Baja las escaleras hasta el nivel del río. Sí, es un poco de ejercicio, pero vamos, te has pasado el día comiendo croissants, te vendrá bien.
  2. Camina un poco por el muelle. Verás que hay diferentes ángulos de la Torre.
  3. Encuentra un punto donde puedas ver la Torre Eiffel perfectamente enmarcada entre los árboles del muelle.
  4. Ahora, si quieres parecer un auténtico influencer de Instagram, espera al atardecer. La luz dorada hará que todo se vea como si estuvieras en una película romántica francesa.

27 – Torre Eiffel y Campos de Marte: El gran final a la francesa

¡Por fin! Has llegado al plato fuerte, la estrella del show, la razón por la que medio mundo viene a París: la Torre Eiffel y su alfombra verde, los Campos de Marte. Prepárate para el momento «Oh là là» por excelencia.

La Torre Eiffel: La diva de hierro

Ahí está, en toda su gloria metálica. La Torre Eiffel es como esa celebridad que todo el mundo quiere conocer, pero que se hace la difícil con las largas colas. Pero no te preocupes, tengo el secreto para que tu visita sea más «Vive la France» y menos «Mon Dieu, la cola». Aquí te explicamos cómo conquistar la torre Eiffel sin morir en el intento

Construida por Gustave Eiffel para la Exposición Universal de 1889, inicialmente fue criticada por su diseño industrial, pero hoy es una de las maravillas más admiradas del mundo. Con sus 330 metros de altura, la torre ofrece vistas panorámicas inigualables de la ciudad desde sus tres niveles accesibles al público. Durante el día, es un punto de referencia para los turistas.

Con respecto a las entradas, decir que es más que suficiente con comprar la entrada que te lleva hasta la 2ª planta. Porque el precio varía respecto a la entrada que te lleva a la cumbre. Y he de decirte que desde la 2ª planta, las vistas ya son espectaculares.
Puedes comprar la entrada, hasta con dos meses de antelación, en la página oficial https://www.toureiffel.paris/fr

Los Campos de Marte

Los Campos de Marte, ubicados a los pies de la Torre Eiffel, son una amplia explanada verde en pleno corazón de París. Este parque es el lugar perfecto para disfrutar de un paseo relajado, hacer un picnic o simplemente contemplar la majestuosidad de la Torre Eiffel en todo su esplendor. Originalmente concebido como un campo de entrenamiento militar, hoy es un espacio de ocio y descanso para locales y turistas. Durante el día, es común ver familias, grupos de amigos y fotógrafos capturando el encanto de la ciudad, mientras que por la noche, las luces de la Torre Eiffel hacen del lugar un sitio mágico.

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El picnic perfecto a la francesa

Aquí tienes la receta para el picnic parisino perfecto:

  1. Consigue una mantita. Si no tienes, un periódico viejo también sirve. Es más «bohemio».
  2. Quesos: Cuanto más olorosos, más auténtico. Si puedes olerlos desde la tienda, vas por buen camino.
  3. Panecillos: Una baguette es obligatoria. Si no llevas una baguette bajo el brazo, los guardias podrían expulsarte de París (es broma, pero casi).
  4. Vino: Un buen vino tinto o, si prefieres algo más fresco, un rosado. Pro-tip: Los vasos de plástico son para turistas. Trae copas de verdad para puntos extra de parisino.
  5. Frutas: Uvas, por favor. Es como estar en un cuadro renacentista, pero con selfies.

El gran espectáculo luminoso

Ahora, el momento culminante. Intenta llegar sobre las 21:00 para pillar un buen sitio. A las 22:00 en verano (el horario cambia según la estación), la Torre Eiffel se viste de gala con su espectáculo de luces.

Durante cinco minutos cada hora, la torre brilla y parpadea como si estuviera en una discoteca. Es el momento en que escucharás un «Oooh» colectivo, seguido del sonido de miles de cámaras disparando a la vez.

28 – Puente de Bir-Hakeim

Construido entre 1903 y 1905, este puente metálico de dos niveles destaca por su arquitectura única: la parte superior es usada por la línea 6 del metro, mientras que la parte inferior está destinada a vehículos y peatones. Es famoso por ofrecer una de las mejores vistas de la Torre Eiffel, convirtiéndolo en un lugar muy popular para paseos y sesiones fotográficas. Su estructura, decorada con estatuas y arcos de hierro, añade un toque de estilo industrial y belleza al paisaje parisino.

Un puente con personalidad múltiple

Este puente es como el actor versátil de París. Ha aparecido en películas como «Inception» (sí, donde Leonardo DiCaprio caminaba en sueños) y «Último Tango en Paris» (no entraremos en detalles, este es un tour familiar). Es mitad puente, mitad estación de metro, y 100% fabuloso para las fotos.

La France Renaissante

La France Renaissante es una estatua ubicada en el extremo sur del Puente de Bir-Hakeim. Esta escultura de bronce, creada por el artista danés Holger Wederkinch en 1930, representa a Juana de Arco montando un caballo, simbolizando el renacimiento y la fuerza de Francia. La obra evoca el espíritu de renovación del país, especialmente tras las dificultades de la Primera Guerra Mundial. Con su posición estratégica al final del puente, y con la Torre Eiffel de fondo, la estatua se ha convertido en un punto de referencia visual y un detalle icónico para quienes pasean por esta zona de París.

Consejos para la foto perfecta

  • El encuadre perfecto: Colócate de manera que puedas ver la Torre Eiffel a través de las columnas del puente. Es como mirar a través de una ventana al París más icónico.
  • La reflexión: En días tranquilos, puedes conseguir fotos increíbles de los reflejos en el Sena. Es como tener dos Torres Eiffel y dos puentes por el precio de uno.
  • La foto del metro: Si tienes suerte (y reflejos rápidos), puedes capturar el momento en que pasa el metro por encima. Es como añadir un poco de acción a tu postal parisina.

29 – La Isla de los Cisnes: Un paseo sorprendente con un final «liberador»

La Isla de los Cisnes es un pequeño y encantador islote artificial en el río Sena. Creada en 1827, esta estrecha franja de tierra se extiende unos 850 metros y ofrece un paseo arbolado conocido como «Allée des Cygnes». Es un lugar tranquilo, ideal para una caminata relajada lejos del bullicio de la ciudad. A la isla se puede acceder por el Puente de Bir-Hakeim.

La sorpresa final: ¡Una Mini-Liberté!

Y justo cuando pensabas que París no podía sorprenderte más, ¡boom! Al final de la isla te encuentras cara a cara con una mini Estatua de la Libertad.
Esta pequeña Liberté tiene una historia fascinante. Fue un regalo de la comunidad parisina de Nueva York en 1989, para celebrar el centenario de su hermana mayor.

  • Estatua de la libertad

Un tour de la Libertad por París

Pero espera, hay más. París es como una coleccionista compulsiva de Estatuas de la Libertad en miniatura. Aquí tienes otras para tu lista de búsqueda:

  1. Jardines de Luxemburgo: Esta es la OG (Original Gangster) de las Libertades. Sirvió de modelo para la gran dama de Nueva York.
  2. Museo d’Orsay: Escondida entre obras maestras del impresionismo, esta Liberté es como la prima artística de la familia.

Y un poco más alejados del río, y para terminar de completar nuestra ruta a pie por París, tenemos:

30 – El Panteón de París

El Panteón de París, un gigante dormido en el corazón del Barrio Latino. Originalmente concebido como una iglesia dedicada a Santa Genoveva, el Panteón tuvo un cambio de planes y se convirtió en el hogar eterno de los franceses más ilustres. Aquí descansan figuras como Voltaire, Rousseau, y Marie Curie, probablemente discutiendo sobre filosofía y radiactividad en el más allá.

Lo más característico del Panteón, además de su arquitectura neoclásica que te hará sentir pequeñito, es el péndulo de Foucault. Este artilugio, que cuelga majestuosamente en el interior, demuestra la rotación de la Tierra.

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31 – Los Jardines de Luxemburgo

Imagina un lugar donde los parisinos van a escapar del caos urbano y las estatuas parecen estar de vacaciones. Bienvenido a los Jardines de Luxemburgo, o como los locales dicen con cierto aire de importancia, «Le Jardin du Luxembourg». Este parque del siglo XVII es como el patio trasero de la realeza, pero abierto a todos.

Con sus jardines meticulosamente cuidados y árboles alineados como si estuvieran en formación militar, este espacio verde es el lugar perfecto para un picnic a la francesa (no olvides el queso y el vino). Entre paseos y descansos, te encontrarás con estatuas sobre pedestales que parecen jugar al escondite entre la vegetación. Aquí se encuentra, como hemos dicho antes, otra réplica en miniatura de la Estatua de la Libertad.

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32 – Catacumbas de París

Bajo las bulliciosas calles de París se esconde un vecindario silencioso pero muy concurrido: las Catacumbas. Este laberinto subterráneo, iluminado tenuemente como si fuera una discoteca para fantasmas, fue en su día una simple mina de piedra caliza. Hoy en día, es el hogar eterno de millones de parisinos que decidieron quedarse en la ciudad… para siempre.

Las Catacumbas son como un museo de arte macabro, donde los huesos y calaveras están dispuestos en patrones tan elaborados que harían palidecer a cualquier decorador de interiores. Es el único lugar en París donde «tener esqueletos en el armario» es motivo de orgullo. Si alguna vez has querido sentirte como Indiana Jones, pero con un toque más gótico y menos arena, este es tu sitio. Solo recuerda: lo que pasa en las Catacumbas, se queda en las Catacumbas… principalmente porque los residentes no pueden ir a ninguna otra parte.

Visitar las Catacumbas de París es una experiencia única, pero es importante planificar tu visita para que sea lo más agradable posible. Aquí te dejo toda la información que necesitas:

  • Compra tus entradas con antelación: es recomendable comprar las entradas con antelación a través de su página web oficial https://www.catacombes.paris.fr/# . Aunque solo están abiertas con una semana de antelación. Esto te ahorrará tiempo en la cola y te asegurará la entrada.
    El precio base suele estar alrededor de los 30 euros y la visita suele durar alrededor de 45 minutos.
  • Llega temprano: Aunque tengas entrada reservada, es recomendable llegar unos minutos antes de la hora indicada para evitar aglomeraciones.
  • Respeta las normas: Al ser un lugar histórico y delicado, existen ciertas normas que debes respetar, como no tocar los huesos, no correr y no sacar fotos con flash.
  • Vístete cómodamente: Las temperaturas en las catacumbas son bastante frescas, así que te recomendamos llevar ropa abrigada y zapatos cómodos para caminar.

Todo en Google Maps

¿Quieres llevar esta ruta contigo?
Ahora puedes tener todos los puntos de interés de esta ruta directamente en tu Google Maps. Solo tienes que hacer clic en el enlace de abajo y podrás acceder a cada sitio en segundos. Perfecto para explorarlo cuando y como tú quieras. ¡No te pierdas ni un solo lugar! Algunos llevan nota con tips y puntos de foto.
Google Maps

Y así, querido viajero, llegamos al final de nuestro extenso recorrido por París. Esperamos que hayas disfrutado de esta ruta a pie por París y que te haya inspirado para planear tu propia aventura parisina. Recuerda que cada rincón de esta ciudad tiene una historia que contar y un encanto único por descubrir. ¡Hasta la próxima!

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